Profundo Carmesi
Profundo Carmesi

Una pelicula de Arturo Ripstein

Esta película la fui a ver dos veces, algo poco común en mi. Generalmente me gusta sumergirme en los 90 minutos que son proyectados ante mis ojos en la oscuridad de la sala y me gusta aun más cuando logro escuchar el rotor de la máquina proyectora detrás de las filas atiborradas de gente. Es por esto que me gusta mucho las salas de cine. Las peliculas son hechas para verlas de esa manera, no en un pequeño cuarto, echado sobre la cama y con un control remoto en la mano que congele la imagen al menor ruido del telefono. Y es por esto precisamente que no suelo repetir peliculas. Se me hace desgastante el proceso de sintonizarme y comprometerme con una pelicula cuando ya se absolutamente todo de ella. Si, lo se, muchos detalles puedo captarlos en una segunda pasada por el teatro, pero se convierte en un proceso que simplemente es una maratón para tratar de encontrar la mayor cantidad de detalles que no vi en la primera ocasión y con los que trato desesperadamente de hacerme a la idea que estoy viendo algo distinto. Para esto (y para ver peliculas no tan importantes pero que hay que ver, como diría mi amigo Jorge Posada) es que utilizo el VHS.


Sin embargo con gusto vuelvo a las salas de cine a repetirme una pelicula cuando hay un buen motivo. Y en esta ocasión lo había.

De Arturo Ripstein, barón indiscutible del cine mexicano, Profundo Carmesí es la historia de una pareja totalmente chocante a todo aquel que los conozca, incluso al espectador. Nicolás, un aventurero amoroso que vive de propiciar afecto y compañía a solitarias damas, y Coral, una gigantesca enferemera enloquecida totalmente por este inestable don Juan, se embarcan en un viaje por las interminables carreteras mexicanas en una busqueda épica de la validación de su propia relación. Es una pelicula de carreteras, de viajes de estado de animos, de estados anímicos. La misma locura que les da el permiso de amarse, es la misma locura que les da el permiso de matar a todo aquel que se pueda interponer entre ellos. Y termina siendo que son sus mismos crimenes los lazos que los unen eternamente. Es una pelicula de contradicciones, en las que sus dos personajes principales son precisamente los antiheroes que irán encontrandose en su viaje con sus mismas paranoias con sus mismos temores encarnados en aquellos que conocen. Sus crimenes son atroces. Todos odiaban a aquella pareja. Sus victimas, sus justicieros, sus espectadores, y yo creo que hasta su director. Creo que ahora logro entender que ellos eran los únicos que podian amarse.


Los personajes son sencillamente una maravilla. Tanto principales como secundarios. Se me vienen a la mente la Señorita Silverman, la vieja amiga judía de una de las víctimas o Irene Gallardo, la borracha compulsiva que murió como una rata. La fotografía resalta con composición y colores las vivencias de quienes hacen parte de la pelicula.Los espacios son evocadores y bellamente arreglados. La música es una acompañante excpecional para las oscuras maquinaciones de los dos desadaptados. Sin embargo no es para todos los públicos. Por ejemplo, la primera vez que fui a verla en Granahorrar, una significativa cantidad de gente abandonó el teatro en la infame escena del aborto.


Me acuerdo que la segunda vez que la fui a ver , en principio iba a entrar a ver Felices Juntos (pelicula de Hong Kong), sin embargo las escenas de homosexualismo que se presentan en esta le chocaban altamente a Guillermo y Germán, dos de mis amigos con quienes estaba.

Como dije anteriormente, había una buena razón para ir esa tarde a repetirme Profundo Carmesí. Ella, sin embargo, se irá a vivir a Alemania dentro de poco tiempo con su novio.